jueves, 2 de mayo de 2013

¿Que la religión no es el pecado del mundo?





¿Que la religión no es el pecado del mundo?


¿Por dónde empezamos? ¿Ezequiel?
Y me dijo: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos hacen allí. Y entré, y miré, y en la pared de todo alrededor vi imágenes de serpientes y animales impuros, y de la abominación de todos los ídolos de la Casa de Israel. Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la Casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán estaba en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y del sahumerio subía espesura de niebla. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la Casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas? Porque dicen ellos: No nos ve el Señor; el Señor ha dejado la tierra. Y me dijo: Vuélvete, aún verás abominaciones mayores que hacen éstos.
Y me llevó al atrio interior de la casa del Señor, y allí, a la misma entrada del santuario del Señor, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres de espaldas al santuario del Señor y de cara a oriente, que hacia el oriente se postraban. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto? ¿Será cosa ligera para la casa de Judá hacer las abominaciones que en este lugar se hacen, que han llenado la tierra de violencias para irritarme?” (Ezequiel, 8:9-13 y 16-17)

¿Isaías?
Voy a levantar de nuevo mi mano contra ti y a quemar por completo tu basura; voy a limpiarte de toda tu impureza. Haré que vuelvas a tener jueces como antes y consejeros como los del principio. Después que yo lo haya hecho, volverán a llamarte “Ciudad de justicia”, “Ciudad fiel”. Con mi justicia y acción salvadora liberaré a los habitantes de Sión que se vuelvan a mí; pero haré pedazos a los rebeldes y pecadores, y los que me abandonen morirán.
 Entonces os avergonzaréis de esas encinas y jardines que tanto os gustan, donde dais culto a los ídolos. Y seréis como encina de hojas marchitas; os semejaréis a un jardín sin agua. El hombre fuerte se convertirá en paja, y sus obras en chispa: los dos arderán al mismo tiempo y no habrá quien los apague.” (Isaías, 1:25-31)

¿Jeremías?
Porque hasta los profetas y los sacerdotes son impíos; en mi propio templo los he encontrado haciendo el mal. Por eso su camino será oscuro y resbaladizo: serán empujados y caerán en él; cuando ajuste cuentas con ellos, traeré sobre ellos la desgracia. Yo, el Señor, lo afirmo.
Yo he visto a los profetas de Samaria hacer cosas que me ofenden: han profetizado en nombre de Baal y han hecho que mi pueblo Israel se extravíe. Pero he visto a los profetas de Jerusalén hacer cosas horribles: cometen adulterios y fraudes, animan de tal modo a los malvados que nadie se aparta de su maldad. Ellos y los habitantes de la ciudad son para mí como Sodoma y Gomorra. Por eso yo, el Señor todopoderoso, digo esto contra los profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjo, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía por toda la tierra.”
“El Señor todopoderoso dice: “Israelitas, no hagáis caso a lo que os dicen los profetas. Lo que dicen no son más que mentiras, cosas que ellos mismos inventan, que yo no les he comunicado. A los que desprecian mi palabra les dicen: “Todo os saldrá bien.” Y a los que siguen tercamente las inclinaciones de su corazón, les dicen: “No os vendrá ningún mal.”
Pero ¿quién estuvo por el secreto del Señor, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y oyó? La ira del Señor es como una tormenta, como un viento huracanado que se agita sobre los malvados. La ira del Señor no cesará hasta que él haya realizado sus propósitos. Vendrá el tiempo en que vosotros pensaréis y entenderéis estas cosas. Yo no envié a esos profetas, y ni siquiera les hablé, pero ellos salieron corriendo a hablar en mi nombre. Si hubieran conocido mis secretos, habrían anunciado mi palabra a mi pueblo; le habrían hecho apartarse de su mal camino y dejar sus malas acciones.” (Jeremías, 23:11-22)

Y digo yo: ¿Existe alguna remota posibilidad de que el “Dios” bíblico se estuviera refiriendo, o dirigiendo,  a los ateos? Creo que va a ser que no.
Pues así toda la Biblia, oiga. No hay más ciego que el que no quiere ver.

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