sábado, 4 de mayo de 2013

¿Oráculo contra los ateos?



¿Oráculo contra los ateos?


“Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre del Señor, y hacen memoria del Dios de Israel no en verdad ni en justicia; porque dicen ser de la ciudad santa y confiar en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos: Lo que pasó, ya hace días que lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice presto, y vino a ser. Porque sabía que eres duro, nervio de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce. Te lo dije ya hace días, antes que viniese te lo enseñé, para que no dijeses: “Mi ídolo lo hizo, mi escultura y mi oquedad mandó estas cosas.” Lo oíste, lo viste todo; ¿y ahora no lo anunciaréis vosotros? Te hago oír cosas nuevas y escondidas, que tú no sabías. Ahora fueron creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído; para que no digas: “He aquí que yo lo sabía.” Ciertamente, nunca lo habías oído, ciertamente nunca lo habías conocido; ciertamente nunca antes se abrió tu oreja. Porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde ya desde el seno materno.”
“Así dice el Señor, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy el Señor, Dios tuyo, que te enseña provechosamente; que te encamina por el camino en que andas. ¡Ojalá miraras tú a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera, como la arena, tu simiente; y los renuevos de tus entrañas como las pedrezuelas de ella; nunca su nombre fuera cortado, ni raído de mi presencia.”
“Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos. Dad nuevas de esto con voz de alegría; publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra. Decid: Redimió el Señor a su siervo Jacob. Y no tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo correr agua de la piedra; cortó la peña, y corrieron las aguas.
No hay paz para los malos, dice el Señor.”
(Isaías, 48:1-8 y 17-22)


Seamos serios: Si el propio “Dios” bíblico se pasa todas las Escrituras echando pestes sobre los seguidores de la religión, ¿cómo pretenden vender los creyentes que los oráculos iban dirigidos a los ateos?
Si lo más parecido a este “Dios” es un ateo cabreado.

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