jueves, 25 de abril de 2013

¿Por qué dicen... ?






¿Por qué dicen…?


Como ya sabéis, mi postura es que las Epístolas contienen las claves para poder entender las Escrituras. Ya os comenté que éstas venían “disfrazadas de texto” para que pudieran pasar desapercibidas a los ojos del lector predispuesto ha dejarse impresionar por la grandeza de la palabra de Dios, escrita por unos apóstoles poseídos, o como quieran llamarle, por lo que ellos presuponen que debe ser el “Espíritu Santo”.
Pero cuando las leemos dejando de lado todo este cúmulo de despropósitos, descubrimos muchas frases que pretenden especificarnos conceptos que no vendrían al caso y que, allí puestas, podría parecer que solamente vienen a redondear, enaltecer o suscribir un párrafo que, sin dicha frase, ya habría quedado perfectamente concluido. Y en estos casos, la pregunta obligada sería: ¿por qué dicen…?

Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y bien calzados los pies para anunciar el evangelio de la paz.” (Efesios, 6:14-15) ¿Hubo antes un evangelio de la guerra?

Porque vuestra obediencia es divulgada por todos los lugares; así que me gozo de vosotros; mas quiero que seáis sabios en cuanto al bien, e inocentes en cuanto al mal. Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de vuestros pies.” (Romanos, 16:19-20) “Pronto”, ya han pasado dos mil años. Y ¿por qué dice “Dios de paz”? ¿No querrá decir, pronto, una vez entendida la segunda versión de “Dios” que llega con el segundo Adán, y ése sería el “Dios de paz”? Porque, dos milenios más tarde, y con la perspectiva de la historia ya vivida, ¿qué paz ha sido la que nos ha traído “Dios” hasta ahora?

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que observamos y nuestras manos palparon referente a la Palabra de vida, (la vida, en efecto, se ha manifestado, sí, la hemos visto y damos testimonio y anunciamos aquella vida eterna que estaba con el Padre  y nos ha sido revelada;” (1Juan, 1:1-2) Veamos: ¿qué cosa, que ya era desde el principio y que hayamos visto, observado y palpado con nuestras manos, nos predica alguna religión? Y ¿por qué dice: “la vida, en efecto, se ha manifestado”, como si el “manifiesto” hubiese llegado por medio de la vida misma? ¿No seguiremos hablando del segundo Adán? ¿No estarán hablando de evolución?

Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo quede formado en vosotros, quisiera estar presente ahora con vosotros y cambiar mi tono, porque estoy perplejo de vosotros.” (Gálatas, 4:19-20) ¿Cómo deberíamos encarar la frase “hasta que Cristo quede formado en vosotros”, para que no acabase significando lo que para mí es evidente?

Evita las palabrerías vacías y profanas, porque más adelante llevarán a la impiedad; y la palabra de ellos carcomerá como gangrena; entre ellos están Himeneo y Fileto, que se han descaminado de la verdad, diciendo que la resurrección ya tuvo lugar, y trastornaron la fe de algunos.” (2 Timoteo, 2:16-18) ¿A qué me recuerda esto de que “la resurrección ya tuvo lugar”?

Mas vosotros no habéis aprendido así al Cristo; si es que lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados de cómo hay verdad en Jesús, y de cómo debéis dejar vuestra anterior manera de vivir, del viejo hombre que se corrompe conforme a los deseos del error; y a renovaros en el espíritu de vuestro entendimiento, y os vistáis del nuevo hombre que es creado conforme a Dios en justicia y en santidad verdadera.” (Efesios, 4:20-24)

Uuuufff!!!

Para no alargar esto demasiado, nos quedaremos con las dos últimas frases: “a renovaros en el espíritu de vuestro entendimiento”, y que “os vistáis del nuevo hombre que es creado conforme a Dios”, recordando que Dios creó al hombre, a su imagen y semejanza, el sexto día de la creación; y esto es: en el sexto milenio de evolución.

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