lunes, 16 de septiembre de 2013

Ateísmo.


Ateísmo.


Titulares destacables para el ateísmo:
“Niña yemení de ocho años muere por lesiones sexuales en su noche de bodas.”
“Israel pide a las editoriales que eliminen la educación sexual de sus libros de texto.”
“Bahréin albergará al Tribunal Árabe de Derechos Humanos, pese a las torturas.”
“Según Estados Unidos, el régimen sirio cuenta con el respaldo de Irán y del grupo islámico radical Hizbulá.”

Titular preocupante para un posateísta:
“Más de 200.000 personas, dispuestas a hacer un viaje sin retorno a Marte.”

Dice Pablo: “En mi otra carta os decía que no debéis tener trato con quienes lleven una vida inmoral. Con esto no quería decir que os apartarais por completo de todos los que en este mundo son inmorales, avaros, ladrones o idólatras, pues para eso tendríais que saliros del mundo. Lo que quise decir es que no debéis tener trato con ninguno que, llamándose hermano, sea inmoral, avaro, idólatra, chismoso, borracho o ladrón. Con gente así, ni siquiera os sentéis a comer. No me toca a mí juzgar a los de fuera; Dios será quien los juzgue. Pero vosotros debéis juzgar a los de dentro. Por eso, quitad a ese pecador de en medio de vosotros. (1ª Corintios, 5:9-13)

No perdamos el tiempo viendo la paja en el ojo de los demás y fijémonos en la viga que llevamos en el nuestro. Amigos ateos: el ateísmo es un camino; no una meta. Es la gran autopista que conduce hacia la verdad; pero la verdad no es la autopista. De poco sirve transcribir frases célebres de reconocidos ateos, sólo porque suenen ingeniosas, sin haber entendido siquiera el concepto o la razón por la que fueron pronunciadas. No nos durmamos en unos supuestos laureles que todavía nadie ha podido recibir por no haber llegado aún a la meta. Discrepo de quienes opinan que el ateísmo es como otra religión, pero a menudo entiendo por qué lo dicen. Recordad las palabras de Zarathustra: “…y aún el más grande de nosotros sigue siendo algo a superar.” Y también: “Aún no ha llegado el Superhombre. Mas ya he visto desnudos a los dos hombres, al más grande y al más diminuto. Aún se parecen demasiado los dos. En verdad, al más grande lo encontré todavía… demasiado humano.
Los creyentes están adorando la meta sin haber encontrado el camino, mientras que los ateos se conforman con adorar el camino, convencidos de que no existe ninguna meta al final de éste. Pero lo cierto es que la meta que adoran los creyentes se encuentra justo al final del camino que están adorando los ateos. Difícil encrucijada para el posateísmo; y embarazoso dilema para el Superhombre.

 

 

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